26/5/09

" Sentimientos contradictorios " capítulo 4



Holaa!! hee intentando tener algo listo para hooy.. pero me ha quedado muy cortito lo siento muchoo.. mañaana poongoo unoo de largooo valeee?¿¿ LOOSIENTOO:(



Capítulo 4



Me desperté en la misma cama de la enfermería. La misma en la que había despertado después del encuentro con Evan. Me notaba muy adolorida, pero recordaba perfectamente los últimos hechos sucedidos en aquella triste habitación que se hacía llamar enfermería. ¿Habían pasado de verdad, o solo había sido un sueño, fruto de mi triste y dañada imaginación? ¿De verdad había estado Cole aquí? ¿Si eso era cierto, estaba él preocupado por mí cuando me desmayé? Poco a poco, mi mente se fue tranquilizando, y paró de intentar dar respuestas a mil preguntas a la vez. Poco a poco, me repetía a mí misma. Tranquilízate o acabarás perdiendo la poca sensatez que te queda, y terminarás enloqueciendo. La idea de verme en un manicomio encerrada y gritando como una loca no ayudaba en nada a tranquilizarme. Todo lo contrario. Tan solo conseguía ponerme más nerviosa aún. Necesitaba relajarme, olvidarme de todo el asunto. Como me hubiera gustado despertar en mi casa en los Ángeles, y darme cuenta de que todo había sido un sueño. El sueño más extraño de mi vida. Pero no, yo no quería admitirlo, pero en el fondo de mi corazón sabía que todo aquello no era un sueño. Los sueños no parecen tan reales, Eily. Es verdad, y aun que me hubiera gustado dejarme llevar por la idea del sueño, sabía que no podía engañarme de aquella forma tan infantil. Si no admites lo evidente, no engañas a los demás, sino a ti mismo. Aquella frase no dejaba de repetirse dentro de mi cabeza. No ha sido un sueño, grité al fin, como si fuera Cristóbal Colón al descubrir América. Estúpida, me recordé a mí misma. ¿Por qué has hecho eso? ¿A que ha venido ese grito? ¿No sabias ya que eso no era un sueño? Esas preguntas empezaron a bailar dentro de mi cabeza, y las fui contestando una a una. (Sí, pensaréis que estoy loca, pero a veces una chica necesita dialogar un poco con su mente para aclarar sus ideas. Me respondí las preguntas a mí misma, sí, ¿y qué? ¿Alguien tiene algún problema con eso? Pues a seguir con la historia se ha dicho.) He gritado porque necesitaba hacerlo, necesitaba asegurarme de que no era un sueño. Ya he dicho que el grito lo he dado para asegurarme de que no era un sueño. Claro que sabía que no era un sueño, pero tenia que verificarlo. Y así durante mucho, mucho rato. Me perdí en mis pensamientos y amarguras, y por eso no noté que había alguien en la habitación, conmigo, acompañándome en silencio con mi sufrimiento.



Me di cuenta de que alguien estaba en la habitación justo después de responder mi última pregunta interna. Alcé mi vista hacia la persona que yacía a mi lado, sentada en una silla, expectante, esperando una reacción. No era ni más ni menos que Cole, el último chico al que quería ver en estos difíciles momentos.



“ Hola. “ me dijo mostrándome una sonrisa tan maravillosa que me hizo estremecer. “¿Cómo te encuentras? “ dijo con una amabilidad que nunca había percibido en su tono de voz, y que me dejó desconcertada durante unos breves instantes.



Otra trampa, pensé. Está intentando hacerme creer que es una buena persona, al fin y al cabo. Pero no le voy a dejar. No más mentiras. No más engaños. Voy a descubrir toda la verdad, y lo haré ahora. No lo voy a dejar marcharse sin obtener una respuesta convincente. Por si a caso se le ocurre salir pitando por la puerta, podría.. no sé.. ¿arrojarme a su espalda como un mono, para parar su huida?



Estaba demasiado ocupada pensando un plan anti-huida para darme cuenta de que se le había helado su espléndida sonrisa en la cara. Su semblante se había vuelto oscuro y serio. Había cambiado como de la noche a la mañana. Lástima que no pude darme cuenta de lo que me rodeaba. Estaba demasiado ocupada ordenando mis ideas.



De pronto, él cogió mis manos sin previo aviso. No lo hizo con dureza, sino con una delicadeza tan grande que creía que no era posible. Como si fueran de cristal y pudieran romperse en cualquier momento. Sus manos eran suaves, y me transmitían serenidad y calma. Demasiada calma. Demasiado tarde me di cuenta de sus intenciones. No sabía cómo había hecho aquello, pero cada vez me notaba más cansada y aturdida. Mis párpados se cerraban si razón, puesto que yo no tenía sueño, y sentía una fina neblina envolviendo mi cuerpo. Una especie de hipnosis extraña que me provocaba sueño. Dormir. Aquella palabra sonaba tan maravillosa. Quería lanzarme a los brazos del sueño, y dormir hasta el final del mundo. No entendía nada en absoluto. Escasos segundos antes, yo quería urgentemente la respuesta a una pregunta. ¿Cuál era la pregunta? No lo recordaba. Sólo sabía que tenía mucho sueño, y que no quería pensar en nada más hasta después de dormir. Me dejé abrazar por la oscuridad y me arropé en su delgado manto. Antes de sumirme en un sueño profundo, oí una voz desde la lejanía que murmuraba palabras.



“ Duerme, pequeña Eily, que mañana ya no vas a recordar ningún pensamiento que te pueda llevar por el mal camino. Confía en mí, pequeña, yo te voy a proteger de la oscuridad que envuelve el mundo. “



En aquél momento no pude captar el significado de aquella intrincada suma de palabras, pero muy pronto lo haría. Era solo cuestión de tiempo.



Me desperté en la cama de mi casa, sudada y con muchas ganas de recordar. Recordar que había pasado. Recordar la pregunta que había formulado mi cabeza para alguien. Tenía que recordar algo, pero no sabía que era. No sabía nada. Tan solo que yo no había llegado a casa andando. Yo no había vuelto a casa. No había salido de la enfermería. Un pensamiento me hizo levantarme de la cama de un salto. No podía ser que todo hubiera sido un sueño. Era imposible que nada hubiera sido real. Me estremecí solo con pensar eso. Ya no sabía si quería formar parte de aquel mundo o si no quería. Me gustaba mi antigua vida en los Ángeles, pero también había encontrado amigas fantásticas en Turlock. No. Definitivamente no podía despedirme de Turlock tan pronto. No podía haber sido un sueño. De pronto, me di cuenta de dos cosas que había pasado por alto al despertar. La primera era que aquella no era mi habitación pequeña en los Ángeles. Era mi enorme habitación en Turlock. La que contenía una televisión de plasma, ordenador y teléfono inalámbrico. Suspiré, aliviada, puesto que aún no estaba preparada para despedirme de Turlock. No antes de encontrar la respuesta a una pregunta desconocida. No antes de conocer la pregunta cuya respuesta era tan esencial para mí. La segunda era que había una carta encima de la mesa. ¿Una carta? ¿Qué hace aquí una carta? ¿Quién puede haberla dejado? Como siempre, un montón de preguntas sin respuesta revoloteaban alrededor de mi mente. Me acerqué a ella, temblorosa de encontrar algo que no quería encontrar. Cogí la carta lentamente, temiendo acercarla a mi cuerpo por miedo a quemarme o a morirme. Eily, tranquilízate. Es solo una estúpida carta de nada. Sabes que te dan miedo las arañas. Sabes que te dan miedo los inmigrantes. ¿Pero des de cuando te dan miedo las cartas? Las cartas no hacen daño Eily. Aunque yo sabía que la carta no me mordería, tenía miedo de lo que estaría escrito en ella. Sospesé las posibilidades que había de que mi madre fuera la emisora de la carta. Cero entre un millón. Primero porque a mi madre no le gustaba escribir cartas, y luego porqué si ella hubiera querido hablar conmigo, lo hubiera hecho cara a cara. De eso estaba segura. No era de mi madre. Me acerqué la carta al rostro, y en la parte delantera de ella, pude leer unas palabras escritas en un vivo color rosa que contrastaba con el negro del sobre, escritas con una bella caligrafía que me helaron la sangre:


Para Eileen. Cole B.



El remitente me daba miedo. Cole y yo no nos habíamos llevado nunca bien, y ahora él me escribía una carta. Era demasiado extraño para que yo pudiera entenderlo, puesto que no recordaba haber visto a Cole después de que me hubiera abandonado en medio del pasillo para ir a Biología. ¿Por qué me estaría enviando él una carta? No entendía nada, ni quería entenderlo. Estuve tentada a tirar la carta por la ventana, o a regalársela a la basura, pero la curiosidad pudo conmigo. Quería saber el contenido de aquella carta. Quería saberlo con todo mi corazón, pero me asustaba reconocerlo. ¿Por qué aquel chico estúpido me hacía sentir como una tonta cuando de tonta no tenía ni un pelo? ¿Por qué cada vez que lo veía notaba un suspiro silencioso en mi pecho? De un tirón y sin previo aviso, abrí el sobre oscuro, que dejó entrever un trozo de papel, también negro, doblado sin compasión. Abrí el papel lentamente. Éste dejó ver unas cuantas líneas de palabras rosadas con la misma caligrafía que la del sobre. Pero aquellas palabras me confundieron e inquietaron muchísimo más que el propio autor de ellas.



La confundidora carta decía:



No te cuestiones como has llegado a tu cama ni como ha llegado esta carta a tu escritorio, tan solo haz caso a mi sabio consejo: - Aléjate del instituto y no vuelvas hasta un par de semanas después. Sé que te suena idiota y crees que no es necesario obedecer órdenes de alguien que al que odias, pero por favor, hazlo, no por mí, sino por ti. Tu vida puede estar en peligro, Eily. La vida es demasiado bonita para dejarla escapar entre suspiro y suspiro.

Cole B.



Aquella carta había sembrado una enorme confusión en mi cerebro. ¿Qué yo estaba en peligro? ¿Qué tenía que marcharme durante varias semanas? ¿Cómo iba yo a explicar eso a mis padres? ¿Cómo les iba a decir que tenía que marcharme indefinidamente a causa de un peligro que ni yo misma conocía? Oh, no podía hacer eso. Por mucho peligro que corriera mi vida, no podía arriesgarme a que mi padre o mi madre sospecharan algo acerca de lo que pasaba en el colegio. Algo que, por cierto, ni si quiera yo alcanzaba a adivinar. Pero por otra parte, Cole se había molestado en enviarme una carta y en traerme del instituto a la casa. Aquella acción no era propia de él. Él no decía ni hacía cosas a la ligera. Si creía que estaba en peligro, de verdad era porque lo estaba. Pero a lo mejor era tan solo otra de sus estúpidas bromas infantiles sin sentido alguno.





























coomo he dichoo es muy cortoo... LOO SIENTO DE VERDAAD:(

1 comentarios:

Angie ha dit...

ooo por fin me he puesto al día con la historia.... ¡Me encanta! ya me estoy imaginando unas cosas para darle sentido a todo lo que pasa...¡Qué ganas de seguir leyendo! Me tienes totalmente enganchada.
Un beso enorme y animo!

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