Capítulo 9
La mañana siguiente me desperté con la cara pegajosa, por culpa de las estúpidas lágrimas que me habían surcado el rostro por culpa del estúpido de Cole. ¿Cómo podía ser alguien tan bello y tan idiota al mismo tiempo? ¿Es que no se daba cuenta de que me estaba haciendo muchísimo daño? No, por supuesto que no. Él solo veía lo que le interesaba. No se daba cuenta de que yo estaba perdidamente enamorada de él. Si. Había reflexionado un poco, y había llegado a la conclusión de que estaba tontamente enamorada de aquel idiota que me había roto el corazón en un trillón de pedacitos irreparables. Estúpido, pensé. ¿Por qué me ha tocado a mi lidiar con esta condena? ¿Por qué tengo que ser el imán a tantos problemas? Primero la mudanza, después Evan, y ahora un amor no correspondido. Oh, no me puedo olvidar del estúpido aislamiento de mi mente. Como olvidarlo. Como olvidar el dolor. La cuestión era siempre la misma. ¿Cómo había podido olvidar el dolor y el miedo de mi infancia? ¿Por qué se había borrado de mi mente como si no hubiera existido? Me estaba a punto de morir de curiosidad y de urgencia de respuestas. Necesitaba respuestas, y las necesitaba YA. Estaba claro que Cole no me ayudaría, por lo tanto, tendría que hacerlo todo yo sola. Lo primero era un buen plan. Lo segundo aislar mi mente de la de Cole el tiempo suficiente para que no eche a perder mis planes. Como quitarle el caramelo a un niño. Lo primero era lo primero. El plan. Mi objetivo era obtener respuestas sobre el aislamiento, el dolor, la pérdida de memoria. La única persona capaz de ayudarme con este tema era mi tío, Stewart Ninivée. El tío al que había temido tanto de pequeña, y al que amaba como a un padre de adulta. Claro. Había olvidado todo el sufrimiento que pasé por su culpa. Pero ahora tenía que enfrentarle una vez más. Hacía mucho tiempo que no tenía noticias de él. No sabía donde vivía actualmente, porqué él se mudaba constantemente, y no sabíamos nada de su nueva destinación hasta que estaba instalado en su nuevo hogar. No sabía si se había mudado o todavía vivía en la misma casucha en un pueblo de mala muerte cercano a Dublín. ¿Importaba a caso? Solo había ido a aquel sitio una vez, y había salido de él con el rabo entre las piernas. Era un lugar feo, olía a humo y no habían centros comerciales. Un rancho industrial. No. Definitivamente a su tío Stewart tampoco le gustaba el ambiente ahumado, y lo más seguro era que se había mudado a otro sitio más tranquilo. Estaba esperando a que se encendiera una bombilla en mi cerebro, una bombilla que tardó unos diez minutos a llegar. ¡Tengo su teléfono! Grité, recordando por fin información valiosa. Cogí, frenética, mi teléfono, y busqué su número en mi agenda. Y… ¡EUREKA!, allí estaba, el teléfono móvil de Stew. 648934567. Le di al botón de llamada y esperé pacientemente a que cogieran el teléfono. Al tercer pitido, una voz conocida contestó a mi llamada.
“ ¿Si? ¿Diga? “
“ ¡Hola, tío Stew! “
“ ¿Eily? ¿Eres tú? “
“ Si, soy yo. “
“ ¿Pasa algo malo? ¿Les ha sucedido algo a Estela o a Matt? “
“ No. Papá y mamá están bien. Soy yo. “
“ ¿Tu? ¿Qué te pasa cariño? “
“ Verás, no sé si vas a creer lo que te contaré, pero he conocido a vampiros. “
“ ¿Vampiros? “ la voz de mi tío sonaba incrédula
“ Si. Uno intentó beber mi sangre, pero otro me ayudó y ahora estoy con él. “
“ Tarde o temprano tenía que pasar. No podías estar más tiempo alejada. El gran día se aproxima. “
“ ¿Stew? ¿Qué significa todo eso? ¿Me crees? Necesito respuestas tío… estoy hecha un lío. ¿Por qué puedo aislar mi mente si soy solo una humana? Necesito saberlo. “
“ Eily, pequeña. Ha sucedido más pronto de lo que tenía en mente, pero tarde o temprano iba a suceder… Tengo que hablar contigo, es muy importante que vengas a verme. “
“ ¿Venir a verte? ¡Pero si no sé dónde vives! “
“ Ya… claro… Pues… Nos encontraremos en Los Ángeles de aquí unos dos días aproximadamente. ¿Te va bien? “
“ Pero no estoy en Los Ángeles, tío. “
“ Lo sé. Estela y Matt me lo dijeron. No estás en L.A. pero puedes llegar cogiendo un avión. “
“ Hay otro problema. ¿Qué hago con Cole? ¿Puede venir él conmigo? “
“ ¿Quién es Cole? ¿Tu perro? “
“ ¡NOOO, tioo! Él es el vampiro que me salvó. “
Durante unos instantes nadie habló.
“ Creo que es mejor que no haya vampiros en nuestras conversaciones, Eily. La verdad, es mejor que el tal Cole no sepa a dónde vas ni cuando vas a volver. “
“ Pero tío Stew… Cole es mi amigo… el me ha ayudado… “
“ Eily. Es lo mejor para ti. Tienes que venir sola. “
“ ¿Y papá y mamá? “
“ Yo voy a llamar a Estela y a Matt y me encargaré de que estén al corriente de la situación. “
“ ¿Se lo vas a explicar todo, tío? “
“ No lo sé. Primero tengo que hablar contigo, cielo. “
“ Vale. “
“ Recuerda, de aquí a dos días, en tu vieja casa. El vampiro no debe enterarse de nada. “
“ Claro, tío Stew. Nos vemos en dos días. “
“ Adiós, pequeña. Te quiero mucho. “
“ Y yo a ti. “
Colgué dejando paso a un chirriante piip,piip,piip.
Me senté sobre la cama, meditando sobre lo que acababa de pasar. Mi tío sabía algo. Yo había acertado al llamarle. Lo único que me preocupaba era que Cole no se podía enterar. Vale que estaba enfadada con él, pero aún así… él me había rescatado, me había salvado. Pero ahora debía tener cosas más interesantes que hacer… como besarse con Silvye… ayudar a Silvye… estar con Silvye… Valor, Eily. Valor. Entonces tomé una determinación. No debía dejar que Cole se enterara de mi intento de fuga. Mi objetivo número uno estaba cumplido. Ahora faltaba el número dos.
Ya eran las dos del mediodía cuando aporrearon la puerta de la habitación.
“ ¿Se puede? “ dijo una voz conocida desde fuera
“ Si… “
Cole irrumpió en la habitación sin camisa y con unos pantalones de pijama arrugados. Iba descalzo, y tenía el cabello alborotado.
“ ¿Qué haces así? “ le pregunté, deseando que se cambiara. Su aspecto era demasiado sexy para que lo pudiera soportar.
“ ¿Así como? “
“ Pues vestido de esta forma. ¿No puedes ponerte algo más… formal? “
“ Estoy en mi casa, Eily. “ dijo rodando los ojos. “ y aquí hago lo que me da la gana. “
“ Oh, de eso estoy completamente segura. “ dije intentando sonar muy fría y distante
Cole se debió dar cuenta, por qué me miró con un brillo extraño en sus ojos.
“ ¿A qué te refieres? “
“ Oh. Nada. Tan solo hablaba por hablar. “
“ Ya, claro. “
“ Por cierto, Cole. “ dije, intentando cambiar de tema. “ ¿puedes leer mi mente ahora? “
“ A ver… Increíble… ¡NO PUEDO LEERLA, EILY! Tu eres una de las pocas personas que pueden bloquear mi mente. Estoy asombrado… y además eres humana. “
“ Humana… “ pensé con escepticismo. No estaba muy segura de mi grado de humanidad, porque todo lo que estaba pasando a mi alrededor me hacía dudar de mi vida entera. Mentiras, engaños, y traiciones.
Estaba un poco distante, y Cole pareció darse cuenta.
“ Oye, Eily. ¿Te pasa algo malo? Quiero decir, ¿estás cansada? ¿te encuentras mal? “
¿Qué si me pasa algo malo? Estúpido Cole. Estúpido. Tú eres lo que me pasa, idiota. Te odio, te odio con todo mi corazón. Un corazón del que ya no dispongo por tu culpa, y la de esa Silvye que se ha ido a la cama contigo. Sois unos indeseables. Os odio.
“ No. Estoy bien. “ dije fríamente
El tono de mi voz afectó bastante a Cole, porque su mirada se volvió más seria, cautelosa.
“ A ti te pasa algo. No me lo escondas. “
“ ¡TE HE DICHO QUE ESTOY PERFECTAMENTE! ¡DEJA DE PREOCUPARTE POR MI Y VETE A BUSCAR A OTRA PARA MOLESTAR! “ le dije prácticamente chillando
Luego empecé a sollozar. Al principio ligeramente, y luego, con enormes lágrimas surfeando por mi rostro. Era patética. Estaba llorando delante de la misma fuente de dolor.
Cole se acercó, dudando, sin saber qué hacer para calmar mi tristeza. Descubrí sus intenciones, y lo miré con toda la dureza que pude.
“ No quiero tu misericordia, Cole. No quiero que me ayudes porque te doy pena. Prefiero morir. “
“ Eily, ¿Qué estás diciendo? Te estoy ayudando porque me importas. “
Reí sin ganas.
“ Déjalo, Cole. No puedes arreglar los hechos con palabras. “
“ ¿De qué hechos hablas? “ dijo Cole, empezando a perder la calma
“ He dicho que no importa. “
Me sequé las lágrimas de los ojos, y le dije que quería descansar un poco, porqué aún me encontraba un poco débil. Salió a regañadientes de la habitación, no sin antes asegurarme que volvería una hora después para seguir con la conversación.
“ Seguro. “ le dije antes de que se fuera.
La verdad era que no tenía sueño ni ganas de dormir, tan solo quería aplazar mi conversación con Cole. No quería contarle lo que sabía, ni mucho menos lo que había visto la noche anterior. Tan solo pensar en ello me provocaba jaqueca. Pero tenía que afrontarlo, plantarle cara. Decirle lo que sentía y lo que había provocado en mí su relación con Silvye. A lo mejor lo entendería. A lo mejor comprendería que me amaba a mí y no a ella, y la dejaría. Sí, claro, y a lo mejor las vacas vuelan. Deja de soñar, Eily, me recordé a mí misma. Esto no es un cuento y tú no eres una princesa. Una idea vino de repente a mi mente. Sabía que tenía que escapar, pero aquel era el mejor momento. Cole me había prometido una hora de tranquilidad. Podía saltar por la ventana y correr al aeropuerto más cercano para coger un avión. Tan solo había dos problemas. El primero, no sabía dónde estaba ni como orientarse. Podía ser que estuviera en la misma ciudad, pero también podía ser que estuviera muy lejos de allí. Había estado en el coche, despierta, cuando Cole me llevó a su mansión, pero todo estaba muy oscuro y no había podido tomar ninguna referencia clara. Tendría que preguntar. Vaya remedio. El segundo problema era el dinero. Necesitaba dinero para coger un avión. Pero yo no disponía de dinero. Estaba sin blanca. Entonces caí en que aquella era la habitación de Cole. Él tenía que tener algo de dinero por algún sitio. Empecé a rebuscar entre los cajones, debajo de la cama, dentro del armario,… hasta que encontré un billetero en una estantería. Típico de hombres. Mal escondido y a la vista. Revisé su interior. ¡Tres billetes de quinientos euros! Mi día de suerte. Cogí el dinero y me lo metí en el bolsillo, doblándolo con cuidado. Salí por la ventana, que estaba al lado del suelo, sin mirar atrás. Me sentía mal dejando a Cole sin decirle nada, pero lo mejor era dejarlo rehacer su vida con Silvye. Sin embargo, le había dejado una nota de despedida, utilizando una letra clara y entendedora, que decía.
Para Cole;
Cole, soy Eily. Tengo que marcharme y no sé cuando voy a volver. No sé ni si voy a volver. Siento haberte causado tantos problemas. Pero ahora todo se ha acabado ya. Me voy a ver a alguien que me va a ayudar, y tú no vas a tener que sufrir más por mi culpa. Encantada de haberte conocido.
Te quiere
Eily,
PD: Espero que tú y Silvye seáis muy felices juntos.
Cuando dejé la mansión atrás, me giré para contemplara, probablemente por última vez. Echaría de menos aquella casucha, y también, aunque me doliera admitirlo, al estúpido de Cole. Si. Podía asegurarlo. Estaba tontamente enamorada de él. Me moría por sus besos, que, por supuesto, no eran para mí, sino para la perfecta Silvye. Cómo puede ser tan estúpida y creer que Cole se iba a interesar en mí. No paraba de reprochármelo a mí misma, una y otra vez. Soy tan estúpida. Silvye es una diosa y yo soy una vulgar don nadie. ¿Cómo se iba a interesar Cole por mí? A demás, ya me había dicho algunas veces que me había ayudado por obligación, no por nada personal. Por lo tanto, ¿Qué importaba si era yo o la vecina de al lado? Eso era lo que yo significaba para él. Una vecina tonta a la que puedes apartar de tu vida cuando te aburres de ver dvd’s románticos con ella. Estúpida vida la mía. Pero no tenía tiempo para lamentaciones. Ahora era el momento de mirar adelante y empezar una nueva vida lejos de Cole. Era tiempo de rehacer mi vida. O eso creía yo. Lo que no sabía era lo equivocada que estaba.
fiin del capii de hooy^^
esperoo que os haya gustadooo
besoos
jeei.
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