Capítulo 10
Estaba esperando al avión en el aeropuerto. Me había costado mucho trabajo llegar allí, pero lo había conseguido. Al salir de la casa de Cole había encontrado un taxi por casualidad, que me había llevado al aeropuerto. La verdad el taxi me salió un poco caro porqué la casa de Cole estaba más lejos de lo que esperaba. Bastante más lejos. A diez kilómetros de la ciudad donde vivía. Además, no había aeropuerto en Turlock. ¡Qué novedad! Aquella fea y horrible ciudad no tenía siquiera un pequeño aeropuerto. Por lo tanto tuve que pedirle al taxista que me llevara al aeropuerto más cercano. No recuerdo ni el nombre del aeropuerto. Era raro y yo no tenía tiempo para memorizar. Me fui directamente al taquillero a comprar los billetes. La mujer se extrañó al ver a una chica menor de edad pidiendo un billete, y me pidió el pasaporte y hasta mi carnet de identidad. Cuando vio que no tenía ni los dieciocho estuvo a punto de no dejarme embarcar, pero entonces una mujer muy amable le dijo que viajaba con ella. ¡Vaya suerte la mía! La mujer del taquillero me vendió el billete a regañadientes, ¡pero me lo vendió! ¡BIEN! Le pregunté a Verónica, la mujer que me había ayudado con el billete, que quería a cambio de la ayuda. Me sonrió y me dijo que le gustaba ayudar a la gente. Era una mujer extraña, pero amable. Después de despedirse se marchó por la puerta principal. Era todo muy extraño, pero yo no estaba de humor para preguntarme nada. Me dolía la cabeza y estaba muy mareada. Compré un café en una máquina expendedora y me lo bebí lentamente, esperando a que la cafeína hiciera su efecto. Faltaban aún tres horas para que el avión saliera. Era muy aburrido esperar, y más si estabas sola, porque había mucha gente extraña por los alrededores. No os mentiré, soy muy miedica. Pasaron dos horas y yo aún seguía en el mismo sitio, durmiéndome. Había tres tazas de café vacías descansado a mi lado. La cafeína no me ayudaba mucho, porque me estaba durmiendo. Me encontraba en un estado en medio de el sueño y la realidad. No estaba ni despierta ni dormida. Me estaba decantando hacia el sueño cuando llamaron a los pasajeros en destinación a Los Ángeles. Me dirigí hacia la cola adecuada y dejé mi bolsa en el portaequipajes. El hombre del portaequipajes me miró con una cara extraña al ver que tan solo llevaba una bolsa pequeña. Vete a saber qué pensaría… Pero no me impidió viajar. Me sonrió con una mueca y me hizo entrar en el avión. Busqué mi butaca en medio del gentío. Butaca nº29. 24,25,26,27,28, ¡allí! ¡Veintinueve! Me acerqué a mi asiento y me quité la chaqueta. Mi asiento estaba al lado de la ventana. Miré a través de ella y sentí náuseas. Nunca me habían apasionado las alturas. No les tenía fobia, pero tampoco me gustaba estar a más de un metro del suelo. Ya os he dicho que tengo miedo a muchas cosas. Las azafatas nos informaron de que el avión estaba a punto de salir, y que nos teníamos que sentar en nuestros respectivos sitios. Estábamos a punto de despegar cuando alguien se sentó a mi lado. Al principio no sabía quién era, pero después logre reconocer a Verónica, la mujer amable y bondadosa que me había ayudado antes. La saludé con un movimiento de cabeza, y ella me devolvió una sonrisa.
“ Hola, Eily. “
¿Eily? ¿Cómo sabía aquella mujer mi nombre? Porque yo no recordaba habérselo dicho… Es más, ella no lo había preguntado antes… Era imposible que supiese mi nombre… a no ser que lo hubiera visto en el pasaporte o en el DNI. Lo dudaba, porque yo no se los había enseñado. La mire con el ceño fruncido, pero le devolví el saludo, para no sonar descortés.
“ Hola, Verónica “
“ Llámame Vero, por favor. “
“ Vale, Veróni.. Vero “
“ ¿Así que, vas a L.A? “
“ Si. Así es. “
“ ¿Vives allí? “
“ Si… bueno no… Antes vivía allí, pero me mudé a Turlock con mi familia porque ascendieron a mi padre. Yo no quería irme, pero… “
No entendía lo que me pasaba. Las palabras salían de mi boca sin mi consentimiento. Yo no quería explicarle toda mi vida a una completa desconocida que sabía mi nombre sin que se lo hubiera dicho. No confiaba en ella, y quería que supiera lo menos posible sobre mí. Pero algo en mirarla me obligaba a decirle todo lo que sabía. Me sentía inútil e impotente. No tenía nada que hacer contra ella.
“ Lo entiendo. ¿Y por qué ahora vuelves sola? ¿Te has escapado de casa? “
“ No. Escaparme no es el tipo de cosas que hago. Tengo que encontrarme con mi tío para hablar sobre problemas que estoy teniendo últimamente. Problemas relacionados con vampiros. “
Otra vez el mogollón de palabras. ¿Por qué le estaba explicando todo a aquella extraña mujer? Yo no quería explicarle nada de nada, y menos sobre los vampiros. La encontraba muy sospechosa, y no quería que supiera nada más sobre mí. Oía a los demás pasajeros charlando naturalmente, sin darse cuenta de mi lucha interna. No sabía qué hacer para dejar de hablar ante aquella mujer, que aparentaba unos 36 o 37 años, y parecía tan normal a simple vista. Intenté con todas mis fuerzas y mi concentración dejar de hablar, controlar las palabras que me arrancaban de la boca sin mi permiso, ordenarles que pararan de salir. Puse todas mis fuerzas en un último y desesperado intento de parar, y, entonces, para mi sorpresa, todo paró. Paré de hablar, paré de oír gente a mí alrededor, paré de ver nada. Había vuelto a aislar mi mente. Estaba a punto de desmayarme, cuando oí una voz en mi subconsciente.
“ Eily, tranquilízate, por favor. Vuelve. Despierta. “
Abrí los ojos lentamente, volviendo a la normalidad. Volví a oír a los pasajeros hablando tranquilamente, aún sin enterarse de nada, y a Verónica mirándome con curiosidad y con una media sonrisa en su boca.
“ Te he encontrado. “
Aquellas palabras me confundieron más de lo que ya estaba por culpa de aquella extraña mujer. Quería correr, huir de su lado. Alejarme hacia donde no pudiera encontrarme. Prefería saltar del avión que quedarme con ella.
“ Perdone… ¿Qué está diciendo usted?Creo, que se equivoca de persona. “
“ No, no, no. Eileen Ninivée, por fin te encuentro. “
Me quedé paralizada, en estado de shock. Me conocía. Sabía mi identidad. Sentía que iba a explotar de miedo. Un miedo irracional que me ordenaba a cada segundo abandonar mi asiento. Pero no podía. Estaba paralizada.
“ ¿Co..coo..coom..coomoo sssa..bes mi..mi..mi… nooom..b..re? “
“ Tranquílizate, Eily. Deja de actuar como una niña estúpida. “
“ ¿Qué qu..ii..eerees…? “
Me costaba mucho hablar con normalidad. Aún no me podía mover, y tenía muchísimo miedo. Aquella mujer que me había inspirado tanta confianza ahora era el blanco de todos mis miedos. ¿Era una espía? ¿Alguien que quería matarme? ¿Por qué sabía mi nombre?
“ No soy una espía, cariño. Y no, tampoco quiero matarte. Ahh.. Sé tu nombre porqué me han enviado a por ti, tonta. “
“ ¿Quién? “ dije, ya un poco más calmada y dispuesta a dialogar y a conocer respuestas a algunas de mis preguntas.
“ Tu tío Stew. “
“ ¿Stew? “
“ Si. “
“ Eres… ¿un vampiro? “
“ Salta a la vista que sí, ¿no crees querida? “
“ Si, supongo que sí. “ le dije ya completamente calmada. Si la había enviado mi tío, solo podía agradecérselo, por preocuparse por mi y por que llegara a salvo.
“ Siento haberme comportado así. “ le dije, apenada.
“ No te preocupes. No sabías nada sobre mí, es normal que hayas desconfiado. “
“ Pero mi tío ha dicho que no confiaba en los vampiros. ¿Por qué te envía? “
“ Muy suspicaz de tu parte, Eily. Tu tío no confía en algunos vampiros. Sobre todo en los que no conoce. Pero bueno, yo no puedo explicarte nada. Cuando lleguemos Stew te pondrá al corriente de tu situación. “
“ ¿Situación? “
“ No puedo decirte nada más, lo siento. Ahora, duerme. Nos queda un largo viaje para recorrer. “
“ Vale. “
Me acosté en mi asiento y cerré los ojos. Lentamente, los sueños me envolvieron con su manto, y me dormí con el pensamiento en blanco.
Me despertó una voz que no alcanzaba a reconocer. Estaba teniendo un sueño muy bonito, y no quería despertar. Soñaba que Cole me besaba, me decía que me amaba y que no estaba enamorado de Silvye sino de mí. Y yo me retorcía de felicidad y le abrazaba como a nadie lo había abrazado.
La voz se cansó de llamar, y empezó a moverme, primero suavemente y después con brusquedad.
“ ¡Eily! ¡Eily, despierta, hemos llegado! “
Abrí los ojos de golpe y me encontré con la cara de Verónica en mis narices. Se veía nerviosa, con ganas de estrangular a alguien.
“ ¡Buenos días, bella durmiente! ¡Por fin te despiertas! “
“ Lo siento Vero, estaba soñando. “
“ ¿Con quién? ¿Con ese Cole? “
“ ¿Cole? ¿Lo conoces? “
“ No, pero has dicho su nombre en sueños más de mil veces. “
Me ruboricé ante aquella revelación. ¿Qué debía haber dicho? Tenía curiosidad por saberlo.
“ Oh. No mucho. Lo único que has dicho ha sido, Cole, Cole, te necesito, te hecho de menos,… “
“ ¿Puedes leer mi mente? “
“ Si. Y también puedo controlar tu voluntad. “
“ Ah… Las palabras que decía sin querer… “
“ Si. Lo provoqué yo. “
“ ¿Por qué? “
“ Porque necesitaba saber si eras tú de verdad. “
“ ¿Mi tío no te ha dado ninguna foto mía? “
“ Si.. pero no es muy fiable… “ dijo sacando de su bolsillo una foto de cuando tenía siete años de edad.
“ ¡Vaya! No me parezco mucho… “
“ No… Stew me dijo que no tenía más fotos tuyas… “
“ Él es así de despistado. “
“ Y que lo digas. “
“ ¿Por cierto, porqué me has despertado con tanta rapidez? “
“ ¡Lo olvidaba! ¡Hemos llegado! “
Dicho esto, me empujó fuera del avión sin miramientos. Aún tenía los ojos medio cerrados, y tenía miedo de dormirme en cualquier momento. Vero se dio cuenta y me dio un empujoncito para que acelerara el paso.
“ Vamos, vamos, Eily. Ahora no puedes dormirte. Tu tío nos está esperando abajo. “
“ Está bien. Intentaré mantenerme despierta. “
“ Así me gusta. “
Llegamos al portaequipajes y cogí mi pequeña bolsita. Vero levantó la suya, que era enorme, como si fuera una pluma.
“ ¡Vaya, Vero! Sabía que los vampiros tenían súper fuerza, pero esto es bestial… “
“ No te equivoques, cariño. No llevo nada dentro de la bolsa. La llevo para pasar desapercibida, al contrario que tú con esta ridícula bolsita. “
“ ¡Ehh! “ me defendí. “ no he tenido mucho tiempo de coger otra bolsa, he tenido suficiente con escaparme de Cole sin que se enterara… “
“ Ah… ¿con que te has escapado de él, eh? “
“ Si… bueno… Stew me dijo que no podía llevarlo conmigo, por lo que creímos conveniente que no supiera nada de mi partida. “
“ Ya, bueno. Es lo mejor. Sin estorbos. “
“ ¿Estorbos? ¿Para qué? “
“ Ohh, para nada, cariño… “ dijo haciéndose la inocente
Yo no estaba de humor para discutir, por lo que la seguí hacia un coche sin rechistar.
“ Éste es el coche de tu tío. “ Me dijo señalando un coche rojo a lo lejos.
“ ¿Tu no vienes con nosotros? “
“ Claro, pero voy a ir con otro coche. “ Lo que no sabía es que no iba a volver a verla nunca más, pero no creo que me hubiera importado mucho. Vero ya no me inspiraba confianza.
“ Vale. “
“ Adiós. “
“ Adiós. “
Me dirigí con mi bolsa colgada de la espalda hacia el coche rojo que estaba aparcado en doble fila. Al llegar allí me encontré con un hombre apoyado contra el capó. Me saludó con un golpe de cabeza y unas pocas palabras.
“ Hola, Eily “
“ ¡Tio Steew! “ dije corriendo a abrazarle. Un abrazo que no devolvió como hacia cuando era pequeña, cosa que provocó que me apartara de él, confundida.
“ ¿Te pasa algo? “
“ No, estoy perfectamente, sólo que tenemos poco tiempo y muchas cosas de las que hablar. Sube al coche. ”
Subí al asiento del copiloto, haciendo caso a mi tío. Una vez los dos dentro, Stew arrancó el coche y nos fuimos por un caminillo sin pavimentar. Recorrimos el camino durante veinte minutos, y después tomamos un desvío que nos llevó hasta una casita en medio de la nada. Era blanca y con las ventanas verdes y enormes. La típica casita mona de los cuentos. Me enamoré de ella a primera vista. Era preciosa. Mi tío notó la forma en que la miraba, y me dirigió una sonrisa cansada. Se notaba que había estado unas cuantas noches en vela.
“ ¿Te gusta la casa, verdad? “
“ Si. Es preciosa. Si te soy sincera, estaba preocupada porque no vivieras en algún lugar parecido a la casucha cerca de Berlín… “
“ ¡Ohh, nooo! Sabes que odiaba esa casa. “
“ Si.. lo sé.. pero… “
“ Bueno, dejemos este tema. “ dijo algo incómodo
No sabía por qué se sentía incómodo. Era un tema perfectamente normal que hablan dos parientes cuando se encuentran, ¿no es así? Pero no tuve que pensar mucho en ello, porqué Stew interrumpió mis pensamientos con brusquedad.
“ Oye, Eily. ¿Te ha tratado bien Vero? “
“ Si, mucho. Bueno, al principio me asusté porqué doblegaba mi voluntad, pero después me lo ha explicado todo y me he tranquilizado. ¿Por qué no me dijiste que enviarías a alguien? “
“ Porque quería estar seguro que no te seguía tu amigo. “
“ ¿Quién? ¿Cole? ¿Lo conoces? “
“ No… Sólo que no te veía muy dispuesta a irte sin él. “
“ Ya.. Pero lo he hecho. Aquí estoy. “
“ Ya lo veo mi pequeña, y eso me hace completamente feliz. “
Un brillo extraño se formó en sus ojos. ¿Por qué estaba tan feliz de verme? ¿Qué intenciones tenía? Pero me volvió a interrumpir los pensamientos con más brusquedad que la vez anterior.
“ ¡Vamos, Eily! Ya hemos llegado, cariño. ¡Bájate del coche! “
“ ¡Claro! ¡Ya voy! “
Bajé del coche no sin antes caerme al suelo. Típico en mí. Stew me miró con una mezcla de confusión y sorpresa, y me ayudó a levantar, regañándome por mi torpeza.
“ ¿Qué haces, Eily? ¿Por qué te caes? ¿Lo haces muy a menudo? “
Sus preguntas me confundieron más de lo que ya estaba.
“ Eh… Claro.. Siempre he sido muy patosa. “
Me miró con interés y mucha curiosidad.
“ Ya veo… “
Entramos en la casa, que era un sueño por fuera y también por dentro. No era ni la mitad de sofisticada que la de Cole, pero aún así me encantaba. Tenía una belleza simple, pero no menos bella. Empecé a recorrer todas las habitaciones, una por una deteniéndome tan solo a ver las cosas que no reconocía. Mi tío esperaba pacientemente sentado en el sofá, hasta que decidí dar por terminada mi visita turística. Me dirigí hacia él mi me senté al sofá delante del suyo.
“ Tío, necesito que me respondas muchas preguntas. “
“ Lo sé, Eily. Y lo entiendo, pero ahora no puede ser. Tendrás que esperar a mañana por la mañana. Estás agotada, y a demás es muy tarde. Será mejor que vayas a dormir.”
“ Pero…”
“ Nada de peros. A dormir. Arriba hay una habitación vacía que puedes usar. Tiene una cama muy cómoda, seguro que te va a gustar.“
“ Vale .Buenas noches. “
“ Buenas noches. “
Salí pitando de la habitación. Mi tío estaba alterado, y no sabía por qué. Todo era cada vez más extraño. No tenía ninguna duda resuelta. Al contrario, más preguntas se arremolinaban en mi mente. Y, ¡sorpresa!, ninguna venía con su respuesta a juego. Me costó mucho dormirme. No porqué no tuviera sueño. Era porque tenía miedo. Aquella casa me traía malas vibraciones. Me hacía temblar sin motivo. Finalmente, pero, el cansancio ganó el juego. Me dormí y no volví a saber nada hasta la mañana siguiente.
Me levanté sin hacer ruido, porque sabía que Stew era de los que se levantaban tarde. Salí de puntillas de mi habitación, y bajé silenciosamente, dirigiéndome hacia la habitación de los sofás. Suponía que era el comedor. Me paré antes de entrar a la habitación, porque oí unas voces procedentes del interior de esta. Asomé un poco la cabeza y no tuve problemas para captar sus voces.
“ …pero Stewart, nos prometiste que podíamos quedarnos con ella. “ decía una mujer alta, con el pelo negro y rizado, y de ojos cafés.
“ Y podréis quedaros con ella, Alina. “
“ Ya lo veo. La tienes aquí viviendo como una princesita. “
“ Llegó ayer. Por lo menos deja que se recupere. “
“ Oh, vamos, Stewart, ¿te estás oyendo? ¡Hablas como si te importara! ¿Puede que le hayas tomado cariño, después de tantos años? “
“ No te confundas. Siento lo mismo por Eily que por un gato. Es como una mascota para mí. “
Aquellas palabras me golpearon como una maza en la cabeza. ¿Yo era un gato para mi tío? ¿No me quería como mis padres? Estaba muy confundida, y absorta en mis pensamientos. Tan distraída que no oí a la persona que se acercó por detrás de mí y me levantó del suelo con una mano, entrándome en la sala.
“ Stewart, Alina, creo que tendrías que vigilar mejor vuestras paredes. Parece que tienen ojos y forma de niña. “
Los dos se voltearon para mirarme, enfadados.
“ ¿Se puede saber que hacías escuchando conversaciones ajenas, Eily? “ exigió mi tío
“ Lo siento… es que me he levantado y pensaba que aún dormirías.. y… “
Tenía miedo, mucho miedo, y no merecía la pena esconderlo. Estaba aterrorizada.
“ Mírame. “ dijo Stew
Alcé la cabeza, tímidamente.
“ ¿Qué has oído? “ dijo severamente
“ Yoo… nada… “
“ No seas mentirosa, niña. “ dijo el hombre que me había descubierto espiando. Era apuesto, pelo castaño y ojos verdes. Pero tenía una mirada severa y una voz extraña que me recordaba al pato Donald.
“ Vámos, Eily, que has oído. “ siguió insistiendo mi tío
“ Pues… he oído que decía que no me querías, que yo era solo un gato para ti. “ dije, al borde de ponerme a llorar.
“ Has oído demasiado. No tiene sentido seguir manteniendo esta mentira. Alina, llama a Vero y a Harrison. Tú, James, llama a Patricia. “
“ Vale. “ dijeron los dos aludidos a la vez. Se fueron, dejándonos a mí y a mi tío a solas.
“ Eily, creo que tienes que saber algunas cosas sobre ti misma. Cosas que van a hacer que dudes de todo lo que has vivido. Porqué, Eily, has estado viviendo en una mentira toda tu vida. “
Su voz no tenía nada de delicado. Al contrario, él quería que me enterara de todo de la forma más brusca posible. Tragué saliva un par de veces, sabía que lo que me iba a contar no era para nada fácil. Me temía lo peor, pero resultó ser muy peor de lo que yo me temía.
“ Toma asiento. “ me ordenó.
Se sentó en el mismo sofá de la noche anterior, y yo en el de delante de él.
“ Empieza “ le rogué
“ Todo empezó una noche de verano. Tus padres volvían de sus vacaciones. Habían estado fuera durante dos años y medio. No eran unas vacaciones normales, por lo que cuando volvieron todos nos extrañamos mucho. Creíamos que habían muerto, o habían huido de nosotros. “
“ ¿Nosotros? “ le interrumpí
“ Sí. Nosotros, sus hermanos. “
“ Oh. “
“ Ahora, no me vuelvas a interrumpir, por favor. “
“ Descuida. “
“ Como he dicho, creíamos que nunca volverían, pero nos equivocamos. Volvieron, pero no lo hicieron solos. Llevaban una niña pequeña con ellos. Una niña que apenas tenía un año de edad. Aquella niña eras tú. “
Abrí la boca intentando decir algo, pero mi tío me paró en seco.
“ He dicho que nada de interrupciones. “
“ Lo siento. “
“ Nos explicaron la razón de su partida, y nosotros lo entendimos perfectamente. Lo que más nos extrañó fue que hubieran podido tener un hijo, porqué los vampiros no tienen hijos. “
Me mordí la lengua para no estallar en preguntas.
“Si, Eily. Sé que lo estás pensando. Tus padres, tus verdaderos padres, son vampiros. Mike y Estela no son tus verdaderos padres. Ellos te adoptaron porqué yo se lo pedí. Tus verdaderos padres murieron en medio de un ataque. Un ataque para eliminarte a ti. Cómo ya te he dicho antes, no es muy normal que los vampiros tengan hijos, y no hay mucha información sobre los hijos. No se sabe que son ni que poderes tienen. Por desgracia nuestra, tu resultaste ser una niña humana normal y corriente. Y los vampiros te temían, porque creían que siendo humana y sabiendo todo sobre nosotros, podrías irte de la lengua y contar de nuestra existencia. “
“ ¿Nosotros? “
“ Si, Eily. Yo también soy un vampiro. Como iba diciendo, tus padres murieron por protegerte, pero antes de morir me hicieron jurar que te protegería, con mi vida si era necesario. Y así lo hice al principio. Te llevé a vivir con Mike y Estela, les dije que eras una niña huérfana, y ellos te acogieron con todo el cariño. Estuvimos unos años viéndonos mucho. Yo te enseñé a aislar tu mente para que olvidaras todos tus recuerdos a cerca de lo anterior a los dos años. No tenías que recordar que sabías sobre la existencia de los vampiros. Al principio iba bien. Tú crecías y no te acordabas de nada acerca de vampiros. Pero luego los aislamientos empezaron a afectarte, y tus padres adoptivos me pidieron que dejara de hacerlos. Acepté, porqué te había cogido afecto, y no me gustaba verte sufrir. Me alejé de ti, y también de tus padres. Pero un día vine a visitarte, y tú me hablaste sobre vampiros, me dijiste que recordabas cosas de cuando eras pequeña. Estabas muy feliz, porqué creías que tu mundo era de color rosa, y que los seres fantásticos existían. Pero tus padres no te creían. Me pidieron que te volviera a aislar la mente para que dejaras de imaginar cosas extrañas, y así lo hice. Pero solo pude hacerlo una vez, porque luego tu mente empezó a rechazar los aislamientos. Al principio me preocupé, pero luego me di cuenta de que no habías vuelto a recordar nada sobre los vampiros, por lo que te dejé vivir tu vida. No fue hasta hace dos meses, que los vampiros se pusieron en contacto conmigo. Querían que cuando cumplieses dieciocho años, te llevara ante ellos para matarte. Yo no quería matarte, pero tampoco quería seguir como ahora. Sabía que tu podías recordarlo todo, y poner en peligro a nuestra especie. Por lo que les propuse un trato. Convertirte en vampiro. Ellos aceptaron, excitados. Siempre es bueno agrandar la familia. Entonces te cité aquí, y aquí estamos. ¿Tienes preguntas? “
“ ¡SII! ¡MUCHAAS! ¿Quiénes son los vampiros que me querían matar? ¿El rey? ¿la corte real? “
“ No. Ellos no quieren hacer daño a ningún ser vivo. Hasta se alimentan de muertos recientes. ¡ASQUEROSO! No quieren ni oír la idea de que te conviertas en vampiro, porque es igual a matarte. Pero hay otros vampiros, que se juntan a escondidas de la corte y hacen planes. Planes como estos. “
Estaba muy confundida. Más confundida que nunca. Me acababan de resumir mi vida en diez minutos, y creo que no estaba preparada para ello. Descubría que era totalmente distinta a lo que yo creía. Era humana, sí, pero con unos padres vampiros. Lo único que sabía era que no quería ser un vampiro. Si mis padres lo hubieran querido, me hubieran transformado. Pero ellos no lo habían hecho, por lo tanto, yo no sería nunca un vampiro.
“ Pues os voy a aguar los planes, porque yo no quiero convertirme en un vampiro. “
“ Vamos, Eily. Tendrás que hacerlo quieras o no. Podemos hacerlo a la buenas o a las malas. “
“ Pues vamos a hacerlo a las malas. No pienso convertirme en vampiro. Nunca. Antes muerta. “
“ Eily, no lo pongas mas difícil, por favor. “
“ No voy a hacerte caso. A demás, tu ni siquiera me quieres. Me consideras… un gato…”
“ No hago esto por ti. Lo hago por mí. He sido un renegado demasiado tiempo. Quiero volver a gozar de la buena vida. Y tú eres mi pasaporte. Si esto sale bien voy a ser reconocido y voy a tener una buena reputación. “
“ A costa mía. Nunca. “
“ Oh. Claro que si, cariño. Muy pronto vas a cambiar de opinión. Vas a suplicarme que te convierta. “
“ Creo que no. “
“ Pues yo creo que sí. “
“ ¿Tan importante es que me convierta en vampiro? ¿No me puedo marchar con un juramento de que no voy a decir nada a nadie? “
“ Los vampiros no confiamos en los juramentos de los humanos. Lo más fácil es convertirte. A demás, este no es el único motivo. “
“ ¿Ah, no? “
“ No. No sabemos los poderes que tienes. Puede que tengas un gran potencial como vampira. Puede que seas un arma de destrucción. Te queremos. Nuestro jefe está muy interesado en ti. “
“ Vuestro jefe. ¿Y quién es si se puede saber? “
“ El rey oscuro. “
Cada vez tenía más y más miedo. Querían utilizarme, querían convertirme en un vampiro y usarme como un arma de destrucción, el rey oscuro quería que fuera una especie de títere en sus manos. Stew no me quería, al contrario, tan solo le importaba su reputación. Estaba sola, y tenía muchísimo miedo. No veía ninguna forma de salir de aquella encrucijada. Tenía que pensar algo ya.
“ ¡Quiero irme de aquí, Stew! Por favor… no me hagas pasar por esto. Sé que me quieres. Vamos, ¡eres mi tío! “
“ No, en realidad no lo soy. Era un buen amigo de tus padres. No soy hermano de ninguno de ellos. Y no intentes poner cara de pena, porque puedo oír tus pensamientos y sé que quieres escapar. “
“ No me voy a convertir nunca en un vampiro. Tenlo claro. “
Dicho esto me dispuse a salir corriendo de la habitación, pero cuando estaba saliendo por la puerta choqué contra un vampiro que venía en mi dirección, seguido de otros cinco más. El vampiro me sostuvo con una mano, evitando que me escapara.
“ No tan rápido, bonita. ¿A dónde crees que vas? “
Aquella voz… aquella voz me era muy familiar. Me producía escalofríos. Levanté la vista para descubrir al propietario de aquella voz, y lo que vi me sorprendió muchísimo. Era Evan. Evan, el misterioso y chiflado Evan que había intentado beber mi sangre. Evan, el maldito que había estado a punto de matarme.
“ Vaya, cachorrito. Creo que hemos vuelto a encontrarnos. “ dijo, con una sonrisa de burla en la cara. “ Te he echado mucho de menos. “
“ ¿Os conocíais? “ dijo Stew levantando una ceja
“ Si. Intenté beberme su sangre, pero el príncipe Cole la salvó. “
“ ¿El príncipe Cole? “ dijo Stew, sorprendido.
“ Si. Él la rescató y la ha estado protegiendo hasta ahora. “
“ Ya veo… Estúpido principito. “
“ No le llames estúpido “ le dije con brusquedad
“ Oh, Eily. ¿Estás enamorada de él, no es así? “ dijo Evan, riendo a carcajadas
“ Cállate lagartija asquerosa. “
“ Este insulto está muy pasado de moda, y muy visto. Inventa algo más original, por favor. “
“ Te odio, Evan. ¿Por qué te llamas Evan, verdad? “
“ No, claro que no. Este nombre es demasiado humano para mí. Me llamo Harrison. “
“ Oh, vaya. Ya veo. ¿Harrison no es nada humano, verdad? “ dije burándome
“ Harrison fue el nombre del primer vampiro, el padre de todos nosotros. “ dijo abarcando con la mano los presentes.
“ ¿El padre? “ dije confundida
“ Es una forma de hablar. “ dijo Evan/Harrison, rodando los ojos.
“ ¡Basta de charla “ exigió Alina. “ Tenemos que llevarla ante el Rey Oscuro ahora. “
“ Pero Alina “ replicó Stew “ ella no tiene dieciocho años aún. “
“ ¿Y qué más da? Como más pronto menos riesgo. “
“ El Rey Oscuro dijo dieciocho años. Si quieres que te castigue, tráesela ahora. “
“ Tienes razón. ¿Pero quién va a cuidar de ella hasta entonces? ¿Cuánto falta par tus dieciocho,
niña? “
“ Dos meses “ dije asustada “ pero yo no quiero ser un vampiro. Ustedes no pueden obligarme. “
“ Claro que podemos, querida. “ dijo Evan/Harrison
“ ¡No quiero! “
Estaba demasiado asustada. Me había mantenido en calma por fuera, pero por dentro estaba hecha un lío. No podía concentrarme en crear ningún plan con aquella presión, y con el riesgo de que descubrieran mis pensamientos. Intentaba controlarme, pero ya no podía más. Tenía miedo, y sentía que mis piernas flaqueaban. No iba a aguantar ni un segundo más allí. Estaba a punto de desmayarme. Ahorré todas las fuerzas que me quedaban para salir corriendo. Corrí, y corrí hacia la puerta, y cuando estaba a punto de abrirla Evan /Harrison se interpuso en mi camino.
“ ¿A dónde crees que vas, cosita? “
“ Evan. Déjame pasar, por favor. Te lo ruego. Deja que me vaya. “
“ No puedo. Es más. No quiero. Quiero que seas una hermosa vampirita y pases el resto de tu vida a mi lado. Te amo, Eily. “ dijo, riéndose ante su comentario
“ Eres asqueroso. Te odio. Te odio. “
Lo aparté de un empujón, pero no fue tan lejos como yo esperaba. Me asió por el brazo y me abrazó a su cuerpo.
“ Vamos. ¿Te acabo de confesar mis sentimientos, y tú te marchas así, sin más? No sin besarme antes, amorcito. “
“ Te odio. Eres repugnante. Déjame, sabandija asquerosa. “
“ Vamos, chicos, ya basta. “ dijo Stew arrebatándole el lugar a Evan/Harrison, asiéndome por el brazo y empujándome hacia los otros vampiros.
“ La cuestión es “ empezó la mujer que supuse que era Patricia. Tenía el pelo rojizo y rebelde, y los ojos de fuego. “ que aún faltan dos meses para que cumpla dieciocho años, y tiene que quedarse en algún lugar, sin que la descubran. ¿opciones? “
“ Yo tengo una. “ dijo Evan/Harrison “ Puede venir conmigo estos dos meses. Yo le voy a enseñar a cazar. “ Tenía una sonrisa de suficiencia en su cara. Una sonrisa que yo quería borrar a toda costa.
Me estremecí al pensar en dos meces junto a Evan/Harrison. Lo peor que me podía ocurrir. Peor que ser un vampiro.
“ Creo que la damita ya ha elegido por nosotros. “ dijo Alina, sonriendo.
“ Vamos, Eily. No soy tan malo. Acabarás acostumbrándote a mí. Pronto olvidarás al estúpido de Cole y me suplicarás amor eterno. “ dijo Evan
“ Si, ya, claro. “
Había desistido de mi intento de fuga. Estaba claro que los vampiros no se habían ni interesado en atarme, porque sabían que no tenía escapatoria. No podía irme de ninguna manera. Eran más rápidos, más listos, y más fuertes que yo. Y ellos los sabían. Yo también.
“ Yo tengo una idea. “ dijo James “ ¿en esta casa hay una mazmorra, verdad? “
“ Si. “ dijo Stew
“ Pues la podemos tener allí encerrada durante dos meses. Tan solo tienes que traerle comida y agua, como un gato. “
“ Me parece bien. “ dijo Stew.
“ A mí también. “ dijeron todos los demás, al unísono. Excepto Evan/Harrison. Pero me dio la impresión que no valoraban demasiado su opinión.
El mundo se me cayó a los pies. Iba a estar encerrada en un calabozo durante dos meses, sin ver el sol, y alimentándome como un gato. Era lo peor que me podía pasar. Bueno, lo peor no. Lo peor hubiera sido convertirme en un vampiro. Pero todo vendrá, pensé, tristemente.
Cuando hubieron acabado de hablar sobre detalles minuciosos, se fueron retirando uno a uno, hasta dejarme sola con Stew.
“ Vamos, cariño, no me mires con esa cara. No soy un monstruo. “
“ Ohh. Si lo eres. Un monstruo que trata a las personas como animales. “
Se rió por mi comentario, pero no me contradijo. Me hizo bajar unas escaleras, empujándome sin miramientos, y me encerró en una celda oscura que olía a muerte y a putrefacción. Y es que no estaba sola. Había un esqueleto haciéndome compañía. Stew lo miró durante un momento, cruzándole un brillo de nostalgia en sus ojos, pero después me lanzó una mueca graciosa y volvió a irse por el mismo sitio por el que habíamos entrado.
Estaba sola. Por fin. Todas las lágrimas y el miedo que había estado aguantando afloraron a la superficie sin previo aviso. Empecé a sollozar, a llorar, a chillar… no me di cuenta y estaba por el suelo, retorciéndome de dolor y sufrimiento. Estaba cansada, destrozada, y no me encontraba en situación de hacer nada. Me sentía sola y desdichada, y lo peor, sabía que mi muerte estaba cerca. La perspectiva de convertirme en un vampiro me aterrorizaba. No me gustaba la sangre, y mucho menos beberla. Me parecía repugnante. Tampoco quería tener colmillos, ni súper fuerza, ni velocidad extrema. Quería ser una chica normal en un mundo normal. Pero ahora era demasiado tarde. Iba a morir y a resucitar como vampiro. No se podía hacer nada. ¿O a lo mejor sí? Una idea vino a mi mente antes de derrumbarme sobre la cama dura de la mazmorra.
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esperoo que os hayaa gustadoo!!
jeei.