Capítulo 14
Estaba muy feliz por mi reciente descubrimiento, pero sabía que ahora no era el momento para pensar en aquél maravilloso hecho. Tenía que concentrarme en volver a abrir la puerta, porque por algún motivo se había cerrado mientras Cole y yo estábamos discutiendo. Él me miraba, expectante, como si estuviera esperando que le diera una respuesta a todas sus incógnitas. Pero yo no tenía ninguna respuesta. No sabía absolutamente nada.
“¿Por qué me miras así? “ le reproché culpándome a mi misma de no tener las respuestas que él tanto ansiaba.
“¿Así, cómo? “ respondió con la mayor tranquilidad del mundo.
“ Cómo si tuviera todas las respuestas a tus preguntas. “
“ Mm… Puede que así sea. “
“ ¿Qué? “ Me quedé más desconcertada de lo que ya estaba. ¿De verdad él creía que yo tenía la solución a todas sus dudas? ¿Aún desconfiaba de mí?
“ No, Eily. No desconfío de ti en absoluto. Pero puede que tú sepas más… “
No le dejé terminar con su frase, porque estallé cómo una bomba de relojería, harta de sus acusaciones sin fundamento.
“ ¡Basta, Cole! ¿Si no desconfías de mí, porque crees que sé más de lo que te estoy contando? ¿Crees que soy tan estúpida para esconderte cosas? Sé que soy sólo una simple humana, pero esperaba que pudieras tener un poco más de confianza en mí. Sólo eso, pero ya veo que es imposible.”
“ No me dejaste terminar. “ dijo mirándome con una mirada indescifrable. “ Lo que iba a decir era que puede ser que tú sepas más de lo que crees. “
Le lancé una mirada dándole a entender que creía que se había vuelto loco, a lo que él respondió con una sonrisa.
“ No me mires así. Sabes que puede que tenga razón. “
“ ¿Razón en qué? ¿En qué todo lo que dices es una estupidez? Si, tienes razón. Lo que has dicho no tiene sentido. Soy una humana, ¿necesitas que te lo recuerde? No puedo guardar conocimientos extraños en mi memoria, y mucho menos dejarlos salir cuando yo quiera. “
El tema me estaba poniendo un poco nerviosa. Me resultaba entristecedor que él creyera que tenía alguna clase de… capacidad especial. Era una simple y patética humana, que parecía una muñeca de porcelana a su lado.
“ ¿Estás segura? “
“ ¿Segura de qué? “ le miré intentando redireccionar mis pensamientos a lo último que había dicho.
“ De que eres una simple y patética humana. “
Le miré con descaro. ¿Otra vez leyendo mi mente? Su capacidad empezaba a ser una molestia para mí. Desde que entré en el extraño mundo vampírico, mi intimidad había pasado de ser del 99% ( porque mi mare ha sido siempre una fisgona ) al 0%. Dios, lo que daría por poder bloquear mi mente ahora mismo. Pero de todas formas, lo que había dicho era una gran estupidez. ¿Qué era yo, sino una humana? ¿Un alienígena? Reí ante mi comentario.
“ Claro. “ le dije aún riéndome de mi propio chiste.
“ Pues yo no lo estaría tanto. ¿No ves las señales? “ me dijo intentando que comprendiera. “ ¿Sabes que has creado una puerta con un hechizo que ni yo conocía, y que dudo que Stewart y sus amigos hayan aprendido en vida? ¿Sabes que una humana normal nunca de los nuncas podría haber hecho semejante hazaña? Y a demás por iniciativa propia. ¿No es eso suficiente para pensar que puede que tengas más de vampiro de lo que tú creías ciegamente? “
Sus palabras me dieron en toda la cara como un chorro de agua helada. ¿Podía ser cierto que yo era más que una simple humana? Sí, sabía que mis padres eran unos vampiros, pero según yo creía yo era sólo una humana del montón. No había forma de que yo fuera más que eso. ¿O si la había? Volvía a estar tremendamente confundida, pero decidí no darle más vueltas al asunto. Al menos, no hasta que saliésemos de aquella cárcel.
“ No lo sé, Cole. Pero ahora no tenemos tiempo para pensar en eso. Tenemos que salir de aquí, ahora. “
Cole asintió como respuesta, y me dio el visto bueno para que volviese a intentar abrir mi puerta mental. Para mi sorpresa, la segunda vez fue mucho más fácil. Cerré mis ojos y allí estaba, totalmente construida. Volví a acercarme a ella en mi mente, y me disponía a pronunciar las mismas palabras, cuando algo me detuvo. Sentí que no era necesario. Simplemente me acerqué a ella hasta rozar su paño, y le rogué.
“ Ábrete. “
Haciendo caso a mi petición, la puerta se abrió, y se materializó delante de mí, en todo su esplendor. El actual color de la puerta era un poco distinto del de mi mente, pero no me inquietó en absoluto. Al contrario. La puerta materializada había sido creada como yo había deseado. Era totalmente plateada, con algunas inscripciones formando letras que desconocía, pero muy bonitas. El paño tenía forma de mano, y estaba hecho de oro, al contrario que el resto de la puerta. Me quedé allí, pasmada, admirando su profunda belleza. Luego giré lentamente mi cabeza hacia Cole, que la estaba observando con una mezcla de curiosidad y desconfianza pintada en sus ojos. Le sonreí alegremente, y él me devolvió una de sus mejores sonrisas. Confiaba en mi, totalmente. Nos cogimos de las manos para adentrarnos en una puerta de la que no conocíamos el paradero. Podíamos salir en cualquier sitio, pero algo me decía que sería en Los Ángeles. No. Estaba segura que saldríamos en Los Ángeles. Quería volver allí. Si, también quería ver a mis padres, pero antes sentía que debía volver a mi antigua y querida ciudad. Y así fue. Después de unos segundos de confusión en los que lo veía todo oscuro se hizo la luz. Definitivamente, yo no estaba equivocada. Estábamos en Los Ángeles. En el parque situado delante de mi antigua casa, a la que extrañaba a pesar de ser menos lujosa que la nueva. Me quedé allí, parada, mirando a ningún sitio, cuando sentí una voz dulce en mi oreja, como un susurro.
“ Eily. “ susurró Cole. Me estremecí por completo cuando oí mi nombre salir de su boca. Su forma de pronunciarlo era muy íntima, sentía que él conocía todos y cada uno de mis secretos con solo pronunciar mi nombre. “ ¿Eily, me oyes? “ Su voz delataba que estaba preocupado porque no reaccionaba a su llamada, y me odié a mi misma por preocupar a mi ser más querido. Me giré despacio y le dediqué su sonrisa. La única que guardaba para él. La sonrisa que le transmitía todo mi amor. Sentí una calidez enorme cuando Cole me abrazó, y sentí que gotas de lluvia se estrellaban en mi rostro. Extrañada, me deshice del abrazo de mi eterno caballero y miré al cielo. No estaba lloviendo. Toqué mi cara con las manos y me di cuenta de que no estaba lloviendo. Yo estaba llorando, y no sabía la razón de mi llanto. Miré a Cole intentando sacarle una respuesta a mi pregunta inexistente. Sin necesidad de ser formulada, Cole entendió mi cara de confusión. Me miró con una ternura infinita y me secó las lágrimas con sus dedos. Sin darme cuenta, me perdí en los pozos sin fondo que eran sus bellos ojos, que me hipnotizaron totalmente. De repente, palabras que no quería pronunciar salieron de mi boca, sin dejarme tiempo a pensar en las consecuencias.
“ ¿Por qué estoy llorando? “ le dije como una estúpida que no tiene nada mejor que decir.
El chico volvió a posar su mirada en mí, y me analizó el rostro con precaución.
“ ¿No lo sabes? “ respondió esbozando una sonrisa que me dejó sin aliento ni respiración.
“ N-n-o. “ Tartamudeé embobada aún con su sonrisa. Que sonrisa más bella, dios mío. Nunca había visto aquella sonrisa. Era mi sonrisa. Para mí y solo para mí. La atesoré en mi corazón como mi recuerdo más preciado.
“ Estás llorando porque me amas. “ Lo había conseguido, estaba confundida. Le miré con la incógnita grabada en mi cara, a lo que él solo añadió “ Es la verdad. No me mires así. Lo sabes. “
“ No es así. “ Le dije muy segura de mis palabras. “ Amarte no es nada por lo que pueda o deba llorar. “
“ ¿Estás triste? “ me preguntó con una voz muy débil, casi un susurro, que me hizo temblar de emoción.
¿Lo estoy? Me pregunté a mi misma. No. No lo estaba. Estaba feliz, muy, muy feliz. Y no sólo por haber podido escapar de la celda.
“ No. No lo estoy. “ Ya no estaba llorando. Tenía la vista fija en Cole, esperando alguna respuesta que me sacara de mis dudas.
“ ¿Entonces? “ preguntó. “ ¿Lloras de tristeza, o de felicidad? “
“ ¿Felicidad? “ repetí como una boba. “ Nunca he llorado de felicidad. “
“ Siempre hay una primera vez para todo. “
“ Pero yo no estoy tan feliz como para ponerme a llorar. “ puntualizé.
“¿No? “ dijo enarcando una ceja y mirándome divertido.
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Espero que os haya gustado:D
No se porque me salen tan cortos, no me gusta que sean tan cortos:@ pero voy a hacer todo lo q pueda para que el 15 sea un poco mas largo... porque sino teneis que esperaros mucho para un capitulo que se lee en un abrir y cerrar de ojos:'(
besoos!
jeei.